
De a poquito fui caminando
sin saber que te encontraría
a tres cuadras más, con tus ojazos
con tus abrazos.
Escuchando las gotas que salpicaban mi cortavientos
mirando las lonas, cada vez más mojadas,
cada vez más empapada,
sin remordimiento ante el frío.
Sin saberlo, sin percatarme, no lo dejaba
te podía ver a la distancia,
con una notable preocupación,
mas el brillo de tus verdes no los cambiaba.
Al darte cuenta que estaba frente a ti,
tu cara cambio, una sonrisa enorme te llenó,
sacudí tu cabello húmedo,
me levantaste del piso, me abrigaste.
Sos un genio, sos mi Dios,
siento que no me puedo despegar de ti,
que no me quiero ir,
que te amo cantidad, y nada lo cambiará.
Sin saberlo, sin pensar demasiado,
sé que estas aquí, y allí para mí,
y yo estoy para ti,
guapetón, magnifico, mi oso mañoso.
Alguien me dijo que aun me amas,
y como si no, tú eres el campeón
tú si sabes de amor
del real, del contagioso, del maravilloso.
Tú me enseñas, y sin saberlo me llenas
de lindas frases, de lindos gestos,
el espontáneamente romántico, único,
podemos caminar sin parar, y nunca dejar de amar.
Somos sensibles al encanto de las pequeñas cosas...