18 de febrero de 2010

De lo imperfecto

Hay cosas que no sé,

hay cosas que no me importan,

cosas que omito,

cosas que salto.


Tengo cosas que decirte,

no sé si te importan,

tengo sentimientos que expresarte,

no sé si quieres encontrarme.


Nostalgia, odio, o rabia,

tengo un nudo en la garganta,

un mar de estupideces en mi mente,

que sin importarte me estremecen.


Tengo un par de soles café,

para iluminarte,

tienes un par de nubes verdes, quieres llover,

déjame secarte.


Amor, pasión, algo de espontaneidad,

creo que esto te va a gustar,

encuentro un lugar, quédate,

eres mi sonrisa y mi paz.


Tienes un par de soles verdes,

para iluminarme,

tengo un par de nubes café, quiero llover,

ven a secarme.


Tengo un terrón de azúcar,

para endulzar tus heridas,

haz un zoom en mis proas,

para animar tu vida, para animar la mía.


Tengo diez pétalos,

para acariciarte,

cada cinco de ellos,

una palma, para guardarte.


Enséñame a brillar,

tú defines mi anormal,

enséñame a esperar,

soy adicta a ti.




Alguien, yo

Ellas, sin sentido

Eso siéntete una manoseada,

eso, sin sentido deja que te dejen,

nada importa, lo haces feliz,

es un puerco, es un vil.


Eso, no importa cuento te golpee,

tu eres su colchón de boxeo,

es justo, eres mujer, el hombre,

eres lo que (no) quería el mundo.


Eso, calla tu rabia, nunca serás escuchada,

habla con la almohada,

saca su espada,

apunta a lo más débil, siempre.


Él te da mala vida,

a ti te gusta eso, el masoquismo,

sumisa, devota,

ni libre, ni linda, ni loca.


Eres arrastrada por los cabellos,

el auge del odio,

el peor momento,

siente el sin sentido de tu existencia.


De su existencia, el amor obligado,

el sentido de su perverso,

la ironía del corazón,

escúchalo, late en menor.


El mundo, no va

el mundo no viene,

la tierra se mueve, no

es él quien viene.


Terrenos desolados, corazones desatados,

vida sin sentido, ella,

no encuentras tu rima,

vamos, vamos, más rápido.


Sin pensar, no va a importar,

eres su juguete sexual,

algo nuevo para exportar

no eres su sentimiento, eso lo desmiento.


No puedes callar más, deja de pensar,

grita sin dudar, alguien te irá a ayudar,

él no, esta muy ocupado intentando crear, un nuevo objeto para golpear.


Alguien, yo

Entre sonrisas y mordisqueos

Sin razón... no, no me gusta,

si, algo de razón tendría,

por algo se hizo, se dijo

lo elijo, y ya dicho.


El reloj no estaba a mi favor,

me iba en unos minutos,

el cielo provocaba pavor,

de fondo un fuerte viento como tos.


Pedí tu compañía a la estación,

dudaste brevemente,

al rato me pasaste una flor,

tus manos partidas llamaron mi atención.


Caminamos abrazados,

caminamos, esperanzados,

avanzamos sin apuro,

avanzamos fumando algo más que un puro.


Diste en el clavo, tomaste mi cintura

y sostuviste mi barbilla,

acaricié tu mano, algo áspera,

tocaste mis labios, algo partidos.


Llego el correcto, debía entrar,

mas yo estaba entrelazada a tus tonificados brazos,

abrazada a ti, apoyada en ti,

queriendo de ti.


Tu, sin remedio, acariciabas mi cabello,

dabas miradas fugaces, intrigantes, tímidas,

segura estaba que mi corazón se sentía,

igual que el tuyo, a mil por segundo, sin remordimiento.


Cuneteadamente te acercaste,

trompita de pato,

y tus mostachos se sacudieron cerca de mis labios,

nos separamos un par de milímetros.

Miré tus noches sin estrellas, alegres, sonriendo,

miraste mis partidos, algo humectados,

ampliándose, mostrando las perlas,

mordiendo, rompiendo.


Cerca nuevamente, esta vez el de toda la vida,

Ósculo, bonito, un beso, en todo su esplendor,

al comienzo, respetuoso, afectivo,

luego, entre risas y mordisqueos, no quería soltarte.


Mi vagón ya llegó, yo debía abordar,

mutuamente nos abrazamos,

nos soltamos, me acerqué a tu oído,

"Llámame, guapetón...", una amplia sonrisa de niño te cubrió el rostro.


Aún no satisfecha, otro entre sonrisas y mordisqueos,

a tu boca iba, sin censura, con soltura,

tierno, nunca exagerado, único,

el primero, el mejor.


Entré, me senté, te miré,

iniciaste un acto de caras graciosas,

pasando por las sexis, y finalizando con las tristes,

un beso más a lo lejos lancé, sostenido con tu manitos, a tu corazón,

le sonrió, lo mordisqueó.



Alguien, yo

Éramos todos felices [Relato]

Éramos todos felices


Me despedí del Daniel como si mañana nos fuéramos a juntar otra vez, como si lo que me hizo no fuese suficiente para decir basta y como si mi mente se reseteara cada noche, como si me pudiese volver a conquistar cada tarde, como en la película “las primeras cincuenta citas”, no, no era así, pero no sé porqué le di un beso cuneteado, que en cierto modo le da derecho para llamarme cuando le de la gana y como es cara e’ palo lo más probable es que lo haga.

Estuvimos tres años pololeando, nos conocimos en cuarto medio, fuimos súper amigos, incluso fui su consejera cuando me dijo que le gustaba la Vero del tercero, al final nunca pasó nada entre ellos, por lo menos con ella no se metió….


Yo entré a estudiar psicología y él publicidad, vivía a treinta minutos de mi casa en bici, y cuando entramos a la misma U nos dimos cuenta que sentíamos más que una amistad, pasábamos el día juntos, riendo, tomando unas coca colas, fumando sus puchos locos, ya que éramos “fumadores sociales”, término que me carga, pero eso éramos… Me pidió pololeo después de dos meses de andarnos besuqueando, y yo odié esos dos meses cuando íbamos a carretear porque no sabia como presentarlo… “Él es mi… ¿andante?”, me apestan las informalidades, y él era una de ellas, pero yo estaba súper enganchada, me enamoré demasiado pienso ahora, y creo que él también, su carácter era súper especial, tierno, alegre, pero igual de mañoso que yo en las mismas cosas, solo que el Dani era mucho más desordenado; chascón de pelo liso y café claro, con una sonrisa hermosa, y encantador al momento de hablar, flaco y de piernas lagas, metro ochenta y dos, coquetón y modeloco, éramos iguales en cierto modo, solo que yo tenía (y aún) el pelo largo y liso castaño oscuro, era diez centímetros más baja que él, a los dos nos gustaba usar abrigos tres cuarto y jeans, a Daniel le gustaba el metal eso sí, pero solo lo escuchaba, no era de esos fanáticos con poleras, aunque de repente andaba con la de Metallica que yo le regalé para el primer mes de pololeo, era perfecto, era mi Dani, mi pollito, el pelusa, entre tantos otros sobrenombres, y pensar que ya a pasado un año de ese beso cuneteado, estoy más flaca según mi hermano, cosa que no me importa en este momento.


Me acordé del Daniel de nuevo, hace un año que no se me venia a la mente, es extraño porque recuerdo todo perfectamente… el 25 de junio del año pasado, cumplíamos tres años de pololeo, él ni me llamó, y como era costumbre supuse que cenaríamos en su casa, pero no fue así, lo llamé muchas veces ese día, no me contestó, según su mamá la noche anterior se había ido a dormir donde el Pancho, un amigo de ambos; me desgané, y era tarde, lo seguía llamando… quizá se quedó sin batería, se me ocurrió salir a bailar, en una de esas me encontraba con el Dani… Y así fue, entré a la disco y lo pillé en pleno; los hechos eran estos… la noche anterior él durmió donde el Pancho porque había llegado una amiga de Valdivia, y se olvidó completamente que al otro día cumplíamos tres años, cosa rara en él, claro si la chiquilla era súper linda, pero todo lo contrario a mi, demasiado señorita y buena para hablar, la cosa era que durmieron hasta tarde y la noche del 25 de junio salieron a bailar y ahí estaban, el pancho en una mesa tomando y Daniel con la Cata, así se llamaba (igual que yo), dándose el medio pato, yo solo atiné a ir al baño, no lo podía creer, jamás lo habría pensado, salí y le mandé una cachetada al Daniel, le quedó la cara roja, le iba a dar otra pero me agarró la mano y me di cuenta que estaba copeteado, me fui. A los dos días me llamó, nos juntamos en el centro y hablamos, me dijo que fue un desliz que lo sentía mucho, hablamos como cuatro horas, yo igual estaba súper triste y no quería terminar nuestra linda relación, pero yo no aguanto una infidelidad, por lo que le aclaré que esto llegaba a su fin y me despedí de beso (cuneteado), claramente siento un afecto hacia él, pero después de un año, ya no creo en los hombres, aún me generan desconfianza…


Ahora estaba repasando unas cosas de la U y encontré esto…"Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. No estoy en este mundo para llenar tus expectativas y tú no estás en este mundo para llenar las mías. Yo soy yo y tú eres tú. Y si por casualidad no encontramos, es hermoso. Si no, no puede remediarse” Fritz Perls. Eso es tolerancia y conformidad con lo real. Entonces me quedé pensando… ¿Cuándo llegará ese hombre que no cumpla mis expectativas, ni yo las de él?... pero que todo sea igual de hermoso… No existe, escuché unos ruidos afuera, me asomé por la ventana… ¡vecino nuevo!


Alguien, yo

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