No cambian, no piensan,
no me importa, no me afecta,
ya calla, ya basta,
sos uno más en esta farsa,
la nube en el cielo, la lluvia en la calle,
el odio de un perro, lo raro de alguien.
El soneto del odio, la rima de la perversión,
no tenía ninguno ideal, no tenía ganas de pensar,
eres el lápiz dentro del estuche más grande del mundo,
yo quien abre y elige,
el necesitado de placer,
el vagabundo consentido,
al que le sobra placer.
Ya no tienes que hacer, lavo platos y hago camas,
vamos, no te esfuerces ya tienes tu nana,
compra tu guitarra, se el rockero frustrado,
rompe vidrios, eres el malandra del barrio,
fuma verde, eres un chico malo,
bebe sin acordarte cuanto, eres el rey del sábado por la tarde,
ya no importa cuanto gastes.
Soy el bien y soy el daño,
soy lo escondido en tu rebaño,
soy el grifo, tu el perro que me ensucia,
ya no me invitas a tus baños,
mejor guárdate tu música de antaño.
El interruptor que lleva al parque, el botón del pánico,
el estrés de fin de año, lo errante y girado,
olvidado y desterrado,
el rayo noble del vagabundo distanciado,
eres el imbécil que llama mi atención,
el no odio de mi corazón,
el que me deja sin control,
al que amo sin razón.
Alguien, yo

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